El Tanque de Tormentas de Arroyofresno
Experiencias AZB
Azul Biosphera acompaña a APIA (Asociación de Periodistas de Información Ambiental) en su visita al tanque de tormentas de Arroyofresno, una infraestructura del Canal de Isabel II en la Comunidad de Madrid.
Es el tanque de tormentas de mayor capacidad del mundo, con una extensión de 6 ha y una capacidad de 400.000m3. El tanque almacena el exceso de agua procedente de las tormentas y días después reenvía el agua a las depuradoras, que pueden asimilar estas cantidades menores.
La importancia de tratar el agua residual
La depuración es el proceso en el que se somete al agua a una serie de tratamientos para eliminar las impurezas debidas a su uso, antes de verterla al cauce de los ríos o reutilizar parte de la misma para el riego de zonas verdes públicas, campos de golf, baldeo de calles y otros usos industriales.
Se han encontrado restos de conducciones de alcantarillado en las ruinas de algunas ciudades antiguas de Creta y Asiria y cloacas en distintas ciudades del Imperio romano.
A finales de la Edad Media en Europa, el agua fecal se depositaba en excavaciones subterráneas y, tiempo después, se recuperó la costumbre romana de construir desagües, en su mayor parte en forma de canales al aire o zanjas en la calle, en los que originariamente estuvo prohibido arrojar desperdicios.
No es sino hasta bien entrado el siglo XIX, a consecuencia de innumerables epidemias de cólera y otras enfermedades, cuando se comienza a generalizar la recogida y el tratamiento de las aguas residuales en las grandes ciudades. En la segunda mitad del siglo XIX, la construcción de alcantarillados combinados fue común en las grandes ciudades.
En la segunda mitad del siglo XIX, la construcción de alcantarillados combinados fue común en las grandes ciudades.
Los residuos se descargaban directamente en corrientes, lagos y estuarios y esto ocasionó serios problemas de salud pública, debido a que el agua contaminada se transfería a otros usuarios.
Con el establecimiento de sistemas de abastecimiento municipales de agua y la instalación de cañerías, en las casas llegaron los inodoros y los primeros sistemas sanitarios modernos que, a pesar de las reservas que se planteaban por inconvenientes como el desperdicio de recursos y su elevado precio, fueron adoptados por muchas ciudades.
El tratamiento de las aguas residuales, sin embargo, se retrasó hasta comienzos del siglo XX, cuando por fin se reconoce que la eliminación de desperdicios a través de los ríos causaba dificultades en la salud pública.
En esa época se introdujo la fosa séptica como unidad de tratamiento primario de las aguas negras domésticas para procesar aguas residuales tanto en áreas suburbanas como rurales, adoptando en un primer momento la técnica del filtro de goteo. Pero los avances importantes en el tratamiento de aguas residuales no llegan hasta la mitad del siglo XX, como el desarrollo en Gran Bretaña del proceso de fangos activos, adoptado por multitud de ciudades de todo el mundo.En la década de los 70, se generalizó en el mundo industrializado la cloración, un paso más significativo del tratamiento químico.
En la década de los 70, se generalizó en el mundo industrializado la cloración, un paso más significativo del tratamiento químico.
En la actualidad, los estudios de depuración se centran en obtener un agua apta para su reutilización en diversos usos no directamente relacionados con el consumo humano, y poder así realizar una mejor gestión del recurso.
La depuración en la Comunidad de Madrid
La Comunidad de Madrid dispone, desde el año 1984, de una ley de abastecimiento y saneamiento del agua que establece las bases para la depuración de las aguas residuales generadas. Ese mismo año, Canal de Isabel II pasa a depender de la misma y se le encomiendan más servicios, con lo que la empresa asume desde ese año la totalidad de la gestión del ciclo integral del agua.
En 1985 se inicia la construcción de las primeras estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR), programadas dentro del Plan Integral del Agua en Madrid (PIAM), en el que se plasmaba la concepción de la política hidráulica de la Comunidad de Madrid, encaminada a los objetivos siguientes:
– Mejorar el bienestar colectivo.
– Contribuir al desarrollo regional.
– Mejorar la calidad ambiental.
Estas primeras actuaciones iban dirigidas a depurar el agua residual de núcleos urbanos que se vertía a los embalses.
Al finalizar este primer periodo se elaboró el Plan de Saneamiento y Depuración (PSD) 1995-2005, con el ambicioso proyecto de extender la depuración a la totalidad de los municipios de la Comunidad de Madrid. En 1999 se da un paso más con una actuación denominada Plan Cien por Cien Depuración, que iba más allá de lo exigido por la directiva comunitaria al dotar de tratamiento completo a las aguas residuales de todos los municipios de la región.
Ya en 2005, se firma un importante convenio de gestión de los servicios de saneamiento entre la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento de Madrid y Canal de Isabel II. Con esta operación, la entidad se hace cargo de la gestión de todas las grandes depuradoras existentes en la capital, que dan servicio a casi cuatro millones de usuarios.
En Madrid contamos, además, con un tercer sistema de gestión de saneamiento que nos permite retener las primeras aguas de lluvia en tanques de tormentas antes de su llegada a las estaciones de depuración que, hasta entonces, se vertían a través de los aliviaderos a los cauces receptores.
Los tanques de tormentas son unos enormes depósitos subterráneos creados para almacenar las primeras aguas de lluvia. De este modo, estas instalaciones evitan que las estaciones depuradoras sobrepasen su caudal máximo y tengan que verter el excedente de agua, sin haber sido tratada, a los cauces receptores.
El agua se dirige a los tanques de tormentas a través de grandes colectores que pueden alcanzar los seis metros de diámetro. Además, antes de su entrada a los tanques, el agua pasa por una serie de filtros que permiten retener elementos contaminantes sólidos como botellas de plástico u otro tipo de objetos. Otros objetos sólidos que llegan hasta estas instalaciones junto con el agua pluvial quedan acumulados en el fondo de los tanques de tormentas.
Gracias a todas estas infraestructuras de depuración, fruto del esfuerzo inversor de la empresa, se ha reducido la contaminación vertida a los ríos madrileños en una medida superior a lo establecido en la legislación vigente. Pues, según los estudios realizados por la entidad, se ha detectado que, en algunos puntos, la primera hora del agua procedente del drenaje urbano en época de lluvia es más contaminante que el agua residual en tiempo seco.
Tanques de tormentas gestionados por Canal de Isabel II
En la actualidad, Canal de Isabel II gestiona en la Comunidad de Madrid, 65 tanques de tormentas con una capacidad de almacenamiento de 1,53 hm3.
De ellos, 29 tanques se encuentran en el municipio de Madrid con una capacidad de almacenamiento total de 1,3 hm3. Los dos mayores tanques de tormentas del mundo se encuentran igualmente en Madrid. Se trata de las instalaciones de Arroyofresno y Butarque. Gracias a estas instalaciones, todos los años se evita verter al rio 8 hm3 de aguas residuales, o lo que es lo mismo: 8 veces el estadio Santiago Bernabéu.
La principal razón por la que el municipio de Madrid cuenta con estas dos grandes instalaciones y con la mayor red de tanques de tormenta responde precisamente a las pequeñas dimensiones del río Manzanares y su reducida capacidad autodepurativa que hacen que cualquier vertido afecte de forma negativa a la calidad de su agua. Desde la construcción de esta red de tanques, la calidad del río Manzanares ha mejorado de manera notable
Tanque de tormentas de Arroyofresno
Ubicado en la zona noroeste de la ciudad de Madrid, en el interior del Club de Campo Villa de Madrid, se encarga de almacenar las aguas recogidas en los colectores de Arroyofresno.
Es una obra subterránea de aproximadamente 35.000 m2 de superficie y 22 m de profundidad, distribuida en dos niveles, el de explotación de 8 m y el de depósito de aproximadamente 14 m de altura, ejecutada mediante un cierre perimetral de muros pantalla de 1 m de espesor y profundidad 27 m, losas hormigonadas sobre el terreno y apoyos intermedios mediante pilotes de 37 m de profundidad y 1,5 m de diámetro.
Todo esto supone un volumen total de construcción subterránea de cerca de 750.000 m3 de los cuales 400.000 m3 irán destinados al almacenamiento de agua. El recinto está formado por cerca 30.000 m2 de muros pantalla y 267 pilotes de 1.500 mm.
Fecha de entrada en servicio: 2009
Superficie total: 35.000 m2
Profundidad: 22 m dividida en dos niveles:
– Explotación 8 m
– Depósito 14 m
Capacidad de almacenamiento: 400.000 m3
Elementos electromecánicos y de control:
3 compuertas de accionamiento hidráulico de 2,50 x 2,50 m
1 compuerta vagón de 6,50 m x 4,50 m
2 compuertas taintor de 2,50 x 2,50 m
1 compuerta mural de 1,20 x 1,20 m
2 polipastos de 10 tn cada uno y un tercero de 2 tn
Instalación de ventilación consistente en la dilución del aire de fondo
Fuente: Canal de Isabel II